ARGENTINA ¿HAY ESPERANZA?

Hemos perdido la esperanza. Analicemos por qué.

Poseemos fe en nuestra esencia, en nosotros mismos, a veces desmesuradamente, tanto que es considerado nuestro defecto por las personas que nos analizan objetivamente. Nos creemos más de lo que somos. Nos excedemos en la fe que en nosotros debemos tener.

También poseemos fe en las circunstancias que hacen posible nuestra existencia. Consideramos casi unánimemente que estamos favorecidos por la naturaleza y que siempre las circunstancias nos son propicias, no obstante nos sabemos destructores de esas circunstancias o dilapidadores de las mismas. Creo, personalmente, que subdesarrollamos los actos que nos permiten aprovechar nuestras circunstancias.

Dejo fuera de la discusión la fe en nuestras “madres”, estando seguro que la tenemos, aún a pesar de nuestros propios actos que en ocasiones demuestran lo contrario.

No consideramos que el grupo en el cual convivimos sea nuestra Nación, es decir, no tenemos fe en el macrogrupo. No terminamos de aceptar la organización que nos hemos impuesto y la interpretamos como impuesta en contra de nuestra voluntad por lo que siempre encontramos justificativos cuando vulneramos alguna norma. No tenemos fe en la organización del grupo.

A cada momento nos referimos negativamente respecto a nuestro futuro, no expresamos positivismo activo, somos negativos en nuestros comentarios respecto a nuestra realidad, aún cuando individual y objetivamente nos esté yendo bien, no tenemos fe en el desarrollo del grupo.

No tenemos fe en líder o dirigente alguno y de encontrar a alguien en quien depositar esa fe, somos recelosos de sus verdaderas intenciones, de su pasado y de su proceder, resquebrajándose o perdiéndose en poco tiempo el contrato de fe que hubiésemos tenido con dicha persona.

No siempre los presidentes argentinos han tenido éxito en el ejercicio de tal arte. Por el contrario, un factor es el hecho de que el país no haya desarrollado una suficiente capacidad para apreciar, en toda su magnitud, los cambios que se producen con frecuencia en el contexto internacional. Es decir, la capacidad analítica para captar las fuerzas profundas que operan constantemente en el sistema internacional y que explican desplazamientos –a veces vertiginosos- de ventajas competitivas y negociadoras entre las naciones, así como variaciones en sus respectivos grados de prescindibilidad para las naciones dominantes. La Argentina, país fuertemente expuesto a factores externos en su desarrollo, ha captado muchas veces tarde los cambios operados en su entorno internacional.

Véase para su análisis un resumen de los tiempos presidenciales en la República Argentina, agrupados conforme a la orientación política de los mismos:

UNITARIOS: 1 año y 5 meses.
Bernardino de la Trinidad González Rivadavia y Rivadavia. 1 año y 5 meses. 1826-1827.
Renunció.

CONCILIADORES: 1 mes y 11 días.
Alejandro Vicente López y Planes. 1 mes y 11 días. 1827.
Disolución del Poder Ejecutivo.

FEDERALES: 7 años y 8 meses.
Justo José de Urquiza. 6 años. 1854-1860.
Fin del mandato.

Santiago Rafael Luis Manuel José María Derqui Rodríguez. 1 año y 8 meses. 1860-1861.
Renunció.

LIBERALES: 16 años.
Bartolomé Mitre (apellido original de la familia: Demetrio): 6 años. 1862-1868.
Fin del mandato.

Domingo Faustino Valentín Quiroga Sarmiento. 6 años. 1868-1874.
("Domingo" no figura en su partida de nacimiento-El apellido original de su padre es Quiroga Sarmiento).
Fin del mandato.

Maurizio Macri: 4 años. 10/12/2015 - 10/12/2019.
Fin del mandato.

AUTONOMISTAS: 27 años 8 meses 21 días.
Nicolás Remigio Aurelio Avellaneda. 6 años. 1874-1880.
Fin del mandato.

Alejo Julio Argentino Roca.
Primer mandato: 6 años. 1880-1886.
Fin del mandato.
Segundo mandato: 6 años. 1898-1904.
Fin del mandato.

Miguel Ángel Juárez Celman. 3 años 9 meses y 26 días. 1886-1890.
Renunció.

Carlos Enrique José Pellegrini de Chambery (apellido original del padre). 2 años 2 meses 5 días. 1890-1892.
Fin del mandato.
(Era el Vice de Celman y completó el mandato de éste).

José Evaristo de Uriburu. 3 años 8 meses 21 días. 1895-1898.
Completó el mandato de Luis Saenz Peña del que era su Vice.

UNIÓN CÍVICA: 2 años 3 meses 10 días.
Luis Sáenz Peña. 2 años 3 meses 10 días. 1892-1895.
Renunció.

CONSERVADORES: 13 años.
Manuel Quintana. 1 año 5 meses 1 día. 1904-1906.
Falleció.

José Figueroa Alcorta. 4 años 7 meses. 1906-1910.
Completó el mandato de Quintana.

Roque Saenz Peña. 3 años 9 meses 27 días. 1910-1914.
Falleció.

Victorino de la Plaza. 2 años 2 meses 3 días. 1914-1916.
Completó el mandato de Roque Saenz Peña del cual era su Vice.

Ramón Antonio Castillo. 1 año. 1942-1943.
Depuesto.

RADICALES: 38 años 9 meses 6 días. (No se incluye en la cuenta el período de José María Guido por ser de facto)
Juan Hipólito del Sagrado Corazón de Jesús Yrigoyen Alem
(utilizaba también e indistintamente como apellido: Irigoyen, siendo su verdadero apellido original el de "Hirigoyen").
Primer mandato: 6 años. 1916-1922.
Fin del mandato.
Segundo mandato: 1 año 10 meses 7 días. 1928-1930.
Depuesto.

Máximo Marcelo Torcuato de Alvear. 6 años. 1922-1928.
Fin del mandato.

Agustín Pedro Justo (h). 6 años. 1932-1938.
Fin del mandato.

Jaime Gerardo Roberto Marcelino María Ortiz. 5 años 4 meses 7 días. 1938-1942.
Renunció.

Arturo Frondizi. 3 años 1 mes 7 días. 1958-1962.
Depuesto.

José María Guido. (DE FACTO). 1 año 6 meses 13 días. 1962-1963.
Derrocó a Frondizi.
Producido el levantamiento militar el 29 de marzo de 1962, el Presidente Frondizi, detenido por los militares en la Isla Martín García, se negó a renunciar («no me suicidaré, no renunciaré y no me iré del país») Eso llevó a interminables movimientos, amenazas y gestiones que agotaron a los líderes de la insurrección, quienes se fueron a dormir antes de asumir formalmente el poder. En la mañana del 30 de marzo, el General Raúl Poggi, líder de la insurrección victoriosa, se dirigió a la Casa Rosada para hacerse cargo del gobierno, y se sorprendió con el hecho de que los periodistas le comentaban que un civil, José María Guido, había jurado como presidente en el palacio de la Corte Suprema de Justicia.
Guido era un radical intransigente que presidía provisionalmente la Cámara de Senadores, debido a la renuncia del Vicepresidente Alejandro Gómez. Teniendo en cuenta esto, la noche del golpe, algunos abogados relacionados con la Corte Suprema de Justicia de la Nación, entre ellos Julio Oyhanarte, tomaron el derrocamiento de Frondizi como un caso de acefalía y correspondiendo asumir la presidencia a Guido, por encontrarse en el primer lugar de la línea sucesoria según la Ley 252. Los militares golpistas terminaron aceptando la situación y convocaron a Guido en la Casa Rosada para comunicarle que sería reconocido como presidente, en tanto y en cuanto se comprometiera por escrito a ejecutar las medidas políticas indicadas por las Fuerzas Armadas, siendo la primera de ellas anular las elecciones en las que había ganado el peronismo. Guido aceptó las imposiciones militares, firmó un acta dejando constancia de ello y fue entonces habilitado por estos para instalarse con el título de presidente, pero clausurando el Congreso Nacional e interviniendo todas las provincias. Guido hizo cumplir las órdenes militares. Al día siguiente el Congreso anuló las elecciones del 18 de marzo de 1962 e intervino todas las provincias, para luego ser disuelto. De este modo Guido asumió los poderes ejecutivo y legislativo del país, bajo control y supervisión de de las Fuerzas Armadas, que se reservaron el derecho de removerlo.

Arturo Umberto Illia. 2 años 10 meses 16 días. 1963-1966.
Depuesto por una Junta Militar, luego conocida como Revolución argentina y denominada posteriormente como Estado burocrático autoritario (EBA).

Raúl Ricardo Alfonsín. 5 años 7 meses. 1983-1989.
Renunció.

Fernando de la Rúa. 2 años. 1999-2001.
Renunció.

MILITARES FACCIOSOS: 23 años 2 meses 4 días. (Se incluye en la cuenta el período del radical José María Guido por ser de facto)

José Félix Uriburu. 1 año 5 meses 2 días. 1930-1932.
Derrocó a Yrigoyen.

Arturo Rawson. Del 4 al 7 de junio de 1943.
Derrocó a Castillo
(No es considerado dentro de la lista oficial de presidentes de la República Argentina, debido a que no llegó a prestar el juramento de rigor, siendo inmediatamente reemplazado por Pedro Pablo Ramírez)

Pedro Pablo Ramírez. 9 meses 2 días. 1943-1944.
Derrocó a Castillo y fue depuesto por Farrel.
(Luchó en las filas alemanas durante la I Guerra Mundial)

Edelmiro Julián Farrell. 2 años 2 meses 25 días. 1944-1946.
Derrocó a Ramírez.

José Domingo Molina Gómez. Del 21 al 23 de setiembre de 1955.
Derrocó a Perón en Junta Militar presidida por él mismo.

Eduardo Lonardi. 2 meses. 1955.
Derrocó a Perón en Junta Militar presidida por José D. Molina Gómez, luego derrocó a éste y fue depuesto por Aramburu.

Pedro Eugenio Aramburu. 2 años 5 meses 18 días. 1955-1958.
Derrocó a Perón en Junta Militar presidida por José D. Molina Gómez y luego derrocó a Lonardi.

Junta Militar (integrada por el Teniente General Pascual Pistarini, el Almirante Benigno Ignacio Varela y el Brigadier General Adolfo Teodoro Álvarez Melendi), luego conocida como Revolución argentina y denominada posteriormente como Estado burocrático autoritario (EBA). 28 de junio de 1966.
Derrocó a Illia mediante un golpe de Estado llevado a cabo el 28 de junio de 1966.

Juan Carlos Onganía. 4 años. 29/6/1966-1970.
Designado por la Junta Militar que derrocó a Illia y fue depuesto por Levingston.

Roberto Marcelo Levingston. 9 meses 5 días. 1970-1971.
Derrocó a Onganía y fue depuesto por Lanusse.

Alejandro Agustín Lanusse. 2 años 2 meses. 1971-1973.
Derrocó a Levingston.

Proceso de Reorganización Nacional. Inicia entre el 24 al 29 de marzo de 1976.
Derrocó a Martínez de Perón. (Impulsores: Jorge Videla, Emilio Massera, Orlando Agosti, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Galtieri, José Alfredo Martínez de Hoz, Jaime Perriaux, entre otros)

Jorge Rafael Videla. 5 años. 1976-1981.
Derrocó a Martínez de Perón en Junta Militar que se autoproclamó como Proceso de Reorganización Nacional.
Dos años después de restablecerse el régimen democrático en Argentina en 1983, fue juzgado y declarado culpable por el asesinato y la desaparición de miles de ciudadanos durante su gestión presidencial. Fue sentenciado a reclusión perpetua, inhabilitación absoluta perpetua y destitución del grado militar en 1985. La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal,lo halló penalmente responsable de numerosos homicidios calificados, 504 privaciones ilegales de la libertad calificada, aplicaciones de tormentos, robos agravados, falsedades ideológicas de documento público, usurpaciones, reducciones a servidumbre, extorsión, secuestros extorsivos, supresión de documento, sustracciones de menores, y tormentos seguidos de muerte. El fallo fue confirmado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 1986. Videla cumplió sólo cinco años de prisión efectiva. En 1990, el entonces presidente Carlos Saúl Menem hizo uso de la facultad presidencial de indulto para dictar su excarcelación, junto con la de otros miembros de juntas militares y jefes de la policía de la Provincia de Buenos Aires y del dirigente montonero Mario Eduardo Firmenich, por los decretos 2741/90 y 2742/90. En 1998 regresó a prisión, aunque brevemente, tras que un juez dictaminara que las causas por sustracción de menores durante el Terrorismo de Estado constituían un crimen de lesa humanidad, y por lo tanto imprescriptible. Pasó 38 días en la cárcel de Caseros hasta que se le concedió el derecho al arresto domiciliario en atención a su edad. Posteriormente, el 10 de octubre de 2008 perdió el beneficio de la detención domiciliaria, en su piso del barrio porteño de Belgrano, y fue trasladado a la cárcel que funciona en Campo de Mayo, la principal base militar del país. El juez encargado del caso argumentó para tomar esta decisión que la gravedad de los hechos que se le atribuyen a Videla resultan un escollo insalvable para el otorgamiento de tal beneficio. El 31 de agosto de 2010 la Corte Suprema de Justicia confirmando las sentencias de tribunales inferiores, dictó que el indulto que recibió del entonces presidente Menem no fue constitucional y la condena que anuló debía ser cumplida efectivamente. EL 22 de diciembre de 2010 el Tribunal Oral Federal 1 sentenció con prisión perpetua a los represores Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez, en el marco del juicio que se desarrolló en la ciudad de Córdoba por delitos de lesa humanidad y murió en una cárcel común.

Roberto Eduardo Viola. 8 meses. 1981.
Sucedió a Videla, fue depuesto y reemplazado interinamente por Lacoste.
En 1983, con el regreso de la democracia y bajo el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín, Viola fue arrestado y juzgado por los crímenes cometidos durante su gobierno. En 1985 fue sentenciado a 17 años en prisión, inhabilitación perpetua para el ejercicio de cargos públicos, y pérdida del grado militar. Junto con otros líderes militares, fue excarcelado en 1990 gracias al indulto concedido por el entonces presidente Carlos Menem. Murió en 1994, antes de la reapertura de las causas en su contra.

Carlos Alberto Lacoste. Entre el 11 y el 22 de diciembre de 1981.
Designado como Presidente Interino por los que derrocaron a Viola y fue reemplazado por Galtieri.

Leopoldo Fortunato Galtieri. 7 meses. 1981-1982.
Reemplazó a Lacoste. Renunció luego de la Guerra por Malvinas y fue reemplazado por Saint-Jean.
Fue juzgado junto con los demás líderes militares, por los crímenes cometidos durante el proceso. Fue absuelto en primera instancia de los cargos civiles, pero el consejo militar lo encontró culpable de negligencia y otras faltas como responsable de la guerra de Malvinas en mayo de 1986, por lo que fue sentenciado a prisión y degradado. Una corte de apelación refrendó el fallo en 1988, perdiendo el grado militar. Cumplió cinco años de prisión hasta ser indultado y restituído su grado militar por el entonces presidente Carlos Menem en 1990, en una decisión que causó mucha polémica. En marzo de 1997 el Juzgado Número cinco de la Audiencia Nacional española decretó la orden de prisión provisional incondicional por los delitos de asesinato, desaparición forzosa y genocidio, en contra de Galtieri; cursando una orden de captura internacional y una solicitud de extradición. En la resolución se señala, además, que no había sido juzgado con anterioridad por dichos crímenes. En julio de 2002 fue sujeto a arresto domiciliario como prisión preventiva por la reapertura de las causas sobre la desaparición de menores y otros crímenes de lesa humanidad durante el período de su servicio al frente del Segundo Cuerpo de Ejército. Su deteriorada salud, a causa de su alcoholismo crónico, y avanzada edad le permitieron seguir en su domicilio hasta que fue internado a fin de año por complicaciones derivadas de un cáncer del páncreas. El 12 de enero del año siguiente murió a causa de un paro cardíaco.

Alfredo Oscar Saint-Jean. Entre el 18 de junio y el 1 de julio de 1982.
Reemplazó a Galtieri y fue reemplazado por Bignone.
El General de División Alfredo Saint-Jean fue procesado por la comisión de 33 delitos de Lesa Humanidad en los distintos cargos que ocupó, sobre todo como jefe de la Subzona 12, centro y oeste de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo la sanción de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida impidieron que el procesamiento pudiera continuar. Falleció el 2/9/87.

Reynaldo Benito Antonio Bignone. 1 año 5 meses. 1982-1983.
Reemplazó a Saint-Jean.
El 20 de abril de 2010, a sus 82 años, Bignone fue condenado a 25 años de prisión por el Tribunal Oral Federal I quién lo halló coautor penalmente responsable de 56 casos de allanamiento ilegal, robo agravado, privación ilegítima de la libertad e imposición de tormentos cometidos en el centro de torturas y exterminio que funcionó en el complejo militar de Campo de Mayo. En la misma sentencia fue revocada su prisión domiciliaria. El 14 de abril de 2011, Bignone fue condenado por el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín a la pena de reclusión perpetua, de cumplimiento en cárcel común, por diversos delitos de lesa humanidad.

PERONISMO: 37 años y 1 mes y contando a partir del 10/12/2019.
Juan Domingo Perón. (tiene un ancestro común con Jorge Luis BorgesPedro Pascual de Acevedo)
Primer mandato: 6 años. 1946-1952.
Fin del mandato.
Segundo mandato: 3 años 3 meses 16 días. 1952-1955.
Depuesto.
Tercer mandato: 9 meses. 1973-1974.
Falleció.

Héctor José Cámpora. 2 meses. 1973.
Renunció.

Raúl Alberto Lastiri. 3 meses. 1973.
Renunció.

María Estela Martínez de Perón. 1 año 8 meses 23 días. 1974-1976.
Depuesta.

Carlos Saúl Menem.
Primer mandato: 5 años 10 meses.1989-1995.
Fin del mandato.
Segundo mandato: 4 años 7 meses. 1995-1999.
Fin del mandato.

Federico Ramón Puerta. 2 días. 2001.
Sucesión por decisión del Congreso.

Adolfo Rodríguez Saá. 8 días. 2001.
Renunció.

Eduardo Camaño. 2 días. 2001-2002.
Sucesión por decisión del Congreso.

Eduardo Alberto Duhalde. 1 año 4 meses 24 días. 2002.
Completó el mandato de De la Rúa.

Néstor Carlos Kirchner. 4 años 7 meses. mayo de 2003- diciembre de 2007.
Fin del mandato.

Cristina Elisabet Fernández de Kirchner. diciembre de 2007- diciembre de 2015
Primer mandato. 4 años.
Fin del mandato.
Segundo mandato. 4 años
Fin del mandato.

Alberto Angel Fernández. 10/12/2019 - ...


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El descontento, queja, repulsión, indignación y rechazo del pueblo argentino a su condición sociopolítica y económica, son consecuencia de los hechos por los que se asoló estas tierras durante doscientos años y demuestran la inoperancia, inutilidad, futilidad, desmedida ambición, ampulosa vanidad e hipocresía de su clase dirigente y de las organizaciones y empresas que lucran desmedida e irracionalmente a expensas del sacrificio de la mayoría del pueblo de la Nación.

La República Argentina es un hermoso y bastamente dotado país de la naciente América del Sur, integrante de la muy bella América de los sueños, no obstante lo cual está actualmente en una nefasta situación social, política y económica, producto de la creciente desidia y falta de buena voluntad, falta de amor al prójimo, falta de utilización de valores humanos y de asombrosa falta de hombría de bien de las personas, organizaciones y/o empresas que hasta la fecha han dirigido erróneamente su destino y que aún así están vigentes, por lo que, en virtud del necesario rescate de su futuro, no me está permitido suponer que esas personas, organizaciones y/o empresas puedan, por sí solas, cubrir los puestos en nuestra sociedad que justifiquen ser considerados como dirigenciales o líderes.

Se hace imperioso un completo e irrestricto compromiso con la verdad pública, señalando todo aquello que es la fuente del estado actual de esta Nación, para que con la voluntad de quienes así lo juzguen necesario, podamos reconstruir las bases de una nueva sociedad con la implementación de los valores que caracterizan al ser humano, para lo cual cada uno debe actuar en el ámbito social al cual pertenece pensando solamente en el beneficio del prójimo que, en definitiva, resultará en el beneficio de todos.

No es natural la falta de auténticos líderes que actualmente padecemos los argentinos.

Los que iniciaron este país juntaron sus pequeños valores individuales y fueron capaces de crear un nuevo Estado sin una Nación previa, pues no alcanzo a imaginar que en los años en que nuestra historia como país se inició hayamos sido lo que señala como definición de Nación el diccionario de la Real Academia Española, es decir, seguramente que no éramos un: “Conjunto de personas de un mismo origen étnico y que generalmente hablan un mismo idioma, tienen una tradición común y ocupan un mismo territorio”. Y, por cierto, durante los años posteriores nos alejábamos cada vez más de tener un mismo origen étnico, hablar el mismo idioma y tener una tradición común, al menos durante el tiempo en que llegaron nuestros abuelos desde Europa -principalmente- y del resto del mundo.

Hoy por hoy constituimos una Nación por cuanto compartimos un mismo territorio y Gobierno, hecho que durante la escisión de Buenos Aires no acontecía, pero seguimos teniendo un distinto origen étnico y no alcanzamos a definir nuestra tradición común.

Debemos ser capaces de definir esta Nación. Esta es la generación que debe sostener la tarea. Somos un Estado joven y una Nación incipiente, sin definición. Debemos decidirnos a constituirnos en Nación y volverla más nuestra, menos dependiente de ideólogos externos.

No puede contarse por tiempo indeterminado con la mansedumbre de los pueblos cuando se vive expoliando a sus mujeres y hombres en nombre de un sistema que se mantiene con la permanente generación de excluidos, compitiendo en todo momento entre todos y por todo, sin respuestas a necesidades individuales y más inclinado a encontrar respuestas globales y grupales que personales.

El Mundo debe escucharnos a los argentinos, sin violencia. Démonos un golpe de moralidad y humanidad. Libertad por sobre teorías sociales, hermandad e igualdades básicas por sobre ideologías, identidad por sobre globalización sin individualidad.

Un país brillante no tiene un Gobierno brillante, sino que tiene un Gobierno que asegura las condiciones para que todos y cada uno de los ciudadanos tengan la posibilidad de llegar a ser brillantes, aún aquellos que no han nacido para serlo.

El elemento identificador de un país es el conjunto de individualidades de sus ciudadanos que obran mancomunadamente en el sostenimiento de sus tradiciones y el acrecentamiento de sus afectos.

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